La entropía de un sistema es el desgaste que el
sistema presenta por el transcurso del tiempo o por el funcionamiento del mismo.
Los sistemas altamente entrópicos tienden a desaparecer por el desgaste
generado por su proceso sistémico. Los mismos deben tener rigurosos
sistemas de control y mecanismos de revisión, reelaboración y
cambio permanente, para evitar su desaparición a través del
tiempo.
En un sistema cerrado la entropía siempre debe
ser positiva. Sin embargo en los sistemas abiertos biológicos o sociales,
la entropía puede ser reducida o mejor aun transformarse en
entropía negativa, es decir, un proceso de organización
más completo y de capacidad para transformar los recursos. Esto es
posible porque en los sistemas abiertos los recursos utilizados para reducir el
proceso de entropía se toman del medio externo. Asimismo, los sistemas
vivientes se mantienen en un estado estable y pueden evitar el incremento de la
entropía y aun desarrollarse hacia estados de orden y de
organización creciente.
Neguentropía:
Se puede definir como la tendencia natural de que
un sistema se modifique según su estructura y se plasme en los niveles
que poseen los subsistemas dentro del mismo. Por ejemplo: las plantas y
su fruto, ya que dependen los dos para lograr el método de neguentropía.
Sinergesis:
Todo sistema es sinérgico en tanto el examen de
sus partes en forma aislada no puede explicar o predecir su
comportamiento. La sinergesis es, en consecuencia, un
fenómeno que surge de las interacciones entre las partes o
componentes de un sistema (conglomerado).
Este concepto responde al postulado aristotélico
que dice que "el todo no es igual a la suma de sus partes". La
totalidad es la conservación del todo en la acción
recíproca de las partes componentes (teleología).
En términos menos esencialistas, podría
señalarse que la sinergesis es la propiedad común a
todas aquellas cosas que observamos como sistemas.
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